Recuerdo las veces en las que yo bajaba las escaleras para tomar desayuno contigo. Todos sentados en una larga mesa contigo a la cabecera. Era muy importante para ti que todos estuviéramos listos y sentados a las 8am todas las mañanas. Eras una persona de horarios, siempre programado, siempre todo organizado para que nada fallara.
Tú siempre fuiste una persona seria, con gesto adusto que intimidabas a la primera impresión, luego de conocerte, todos se daban cuenta de la gran persona que eres. Con un caramelo Monterrico, disculpas cualquier travesura que hacíamos.
Cuántas veces, en mi afán de comprar más paquetes de Tico Tico, asalté tu billetera.
Cuántas veces, vimos Risas y Salsa juntos los sábados por la noche.
Cuántas veces vimos el Chavo del 8 en las tardes comiendo tus caramelos favoritos, Monterrico, o comiendo chocolates en la sala de tu casa.
Cuántas veces comimos fruta en la sobremesa de esos almuerzos que duraban horas y que terminaban con todos jugando BINGO.
Cuántas veces...
Ahora que veo todo en retrospectiva, tú fuiste y sigues siendo una persona importante en mi vida. Tú lo sabes. Yo lo sé.
Dado que mi papá no podía estar con nosotros para las fechas importantes de nuestra vida tipo graduaciones, entrega de diplomas, cumpleaños, eras siempre tú la persona que nos acompañaba. Con tu terno negro, tus lentes para leer y tu porte militar, nos acompañabas feliz. Prueba de eso, son las innumerables fotos que tenemos juntos, gracias a que mi madre, la loca "foto", siempre capturaba esos momentos. Fotos que ahora miro y me hacen extrañar esos tiempos.
Por las responsabilidades que llegaron a mi vida, dejé de visitarte seguido. Cuando te veía, siempre hablábamos de la universidad, de mi viaje de EE.UU que tanto te emocionaba, de mi futuro después de la U, de mis planes laborales, de todo. Me aconsejabas sobre la vida, que uno debía estar preparado para todo, que nunca debía dejar de aprender y que sobre todo, nunca darme por vencida.
Pues ¿adivina qué? : Aún no me doy por vencida, así como tu tampoco te das por vencido.
Hace 3 meses nos abandonaste de una forma muy especial. Caíste en un sueño muy profundo del que aún no puedes despertar pero, como te conozco y sé que no dejas de luchar jamás, sé que despertarás pronto.
Ayer te fui a visitar, estabas lindo durmiendo lo que no has podido dormir por todas las preocupaciones que tenias. No te saludé apenas llegué porque, tú me conoces, no se me dá el hablar contigo cuando hay otras personas mirando.
Tu enfermera me dijo que estabas progresando rápido, que ya movías tu mano derecha o hacías algo cuando te lo pedían. También me dijo que habías llorado escuchando un bolero y que habías escuchado el último partido de Alianza.
Mi mamá te preguntó si estabas feliz de saber que estábamos ahí contigo y que nos quedaríamos a pasar el día. Tú le apretaste la mano y yo me sentí orgullosa de ti, de que a pesar de tu condición, hayas encontrado la manera de hacernos saber lo que piensas y lo que quieres.
Cuando todos se fueron, aproveché para hablar contigo. Te conté lo que estaba haciendo, te dije que iba a titularme y que tenías que despertarte pronto porque tenías que acompañarme a mi graduación, tal y como lo habíamos planeado. Tú soltaste una lágrima y yo también. Qué bueno que no hablé contigo en público ¿ves?, sino todo el mundo se hubiera dado cuenta de lo blandengues que somos y ¡qué roche pues!
Te dí la mano y te pedí disculpas por no ir a visitarte y tú me sacudiste la mano así como quien hace un handshake, volteaste tu cabeza hacia mí y volviste a soltar una lágrima. Aquí si ya no te acompañé porque si lloraba, no había quien me pare y tú ya sabes, que no me gusta que me vean llorar.
Te pregunté también si estabas contento de escucharme y me apretaste la mano otra vez. Yo también estuve contenta viejo. Muy contenta de verte y de saber que estas mejorando poco a poco y de que estás tranquilo y feliz en tu casa, esa casa que fue nuestro salón de juegos, nuestra pista de baile y la que, por un tiempo, fue mi 2da casa.
Ahora estoy esperando que te despiertes y que en vez de ir a verte en la cama, te vea sentado en el sillón de la sala fumándote un cigarro (uno nada más, porque ya sabes que eso es dañino) y para conversar como lo hicimos la última vez, esa vez que estabas preocupado porque me iba a Trujillo sola.
Viejo, yo sé que estas asustado y que probablemente no entiendas que te ha pasado, por qué no puedes moverte y sobre todo el porqué no puedes despertar. Pero también sé que cada día te estás esforzando para que te podamos entender y para que, de alguna manera, sepamos que nos escuchas. Sé que no es fácil para ti moverte como antes, que cada apretón de manos que nos das o cada cosa que tu enfermera te dice que muevas debe ser muy difícil para ti y por eso estoy orgullosa de ti, porque a pesar de todo no te rindes e intentas seguir adelante. No sabes lo feliz que me hace el saber que tu estas consciente, que nos escuchas y que al final, le callaste la boca a esos doctores tontos que decían que tus movimientos eran involuntarios y que tú no los hacías. ¡Qué grande eres, viejo!
Si sigues mejorando y te despiertas, te compraré miles de caramelos Monterrico y nos sentaremos en el umbral de la puerta para comerlos viendo pasar a la gente así como antes. Te lo prometo.
Ahora si viejo, debo dejar de escribir porque en un rato mi madre subirá a mi cuarto y me verá llorando y ¡que roche pues!. No podemos mostrar debilidad así noma :D
Te quiero mucho.
Ani Ani (así con ese tonito con el que lo decías)
Esta foto será antigua pero qué bien nos vemos ¿no? ;D
Ahí te dejo una canción que me hace recordarte. Sé que no es un bolero como te gustan pero es hora de modernizarnos viejo (: