miércoles, enero 23, 2013

Siempre existirán banditas.




3...

2...

1..

Vámonos - le dijo él - vámonos a algun lugar donde podamos crecer, estabilizarnos, seguir siendo un equipo, casarnos, tener hijos, un perro, envejecer juntos y tomarnos de la mano hasta el día que tengamos que morir.
¿Acaso te golpeaste la cabeza? ¿A donde iremos? - preguntó ella - si nos vamos, todos empezarán a hablar. Seremos los rebeldes que dejaron todo por nada.
La gente siempre habla, asi no tengan de qué. Sólo vámonos. Estar aqui me enferma, la gente es tan hipócrita, egocentrica que me dan ganas de vomitar. Este, definitivamente, no es un ambiente en el que me sienta cómodo - suplico él, en un intento fallido de hacerla cambiar de opinión.
¿Y que tal si no funciona? ¿Que tal si nos aburrimos y descubrimos que ese lugar del que tanto hablas no es como piensas? ¿Que tal si la gente de allá tienen los mismos problemas que la gente de aqui? ¿Que tal si todo sale mal? - replicó ella, confundida.
Siempre ves todo lo malo, jamás eres positiva - le incriminó.
¡Soy realista! - contestó ella- A veces, hay que pisar tierra y darse cuenta que la vida no es fácil. Nada es fácil. Cada que creo encontrar algo bueno, esa cosa "buena" termina acabando con la poca vida que me queda. Todos lo hacen. Lo harás tu también... en algún momento.
¡Estás loca! - gritó él - somos un equipo, un maldito equipo que ha estado junto en los mejores y peores momentos hasta ahora. Creo que hemos pasado muchas cosas juntos que nos han unido más o, al menos, eso era lo que pensaba.
Es cierto - respondió ella.
¿Entonces que? ¿quieres empezar una nueva vida conmigo? - preguntó él - Arriesgarse no cuesta nada.
Sólo un par de lágrimas y vivir con el corazón roto por algún tiempo - respondió ella.
Eso no pasará, te lo aseguro - dijo él.
Ya me lo han dicho antes - respondió ella mirándolo con incredulidad- he escuchado esa frase mucho tiempo atrás. Quizá por eso, ahora dude mucho. No es por ti, es por cosas del pasado.
Creo que es hora de olvidar - le dijo él mirando en la ventana un pequeño conejo que corría en el jardin. No es bueno vivir de recuerdos. Entonces, ¿qué dices? - él preguntó mirándola a los ojos.
Está bien, supongo que siempre tendré banditas y canciones tristes para consolarme si todo sale mal - respondió ella con una sonrisa en la cara.
Ya no las necesitarás - le dijo él, respondiendo a la sonrisa de ella - desde ahora todo será sonrisas, abrazos eternos que nos dejen sin respiración y canciones de amor con finales felices.
¿Acaso existen ese tipo de canciones? - preguntó ella.
No,  nosotros  escribiremos la primera- contestó él.