miércoles, abril 20, 2011

Hola, yo soy cabra y pesimista. ¿Y tú?

Escribir siempre me ha ayudado a sacar las cosas que llevo dentro. Cosas que no digo por vergüenza, timidez, cólera o simplemente porque no tengo ganas de contarle al mundo lo que sucede dentro de mi cerebro. Pero hoy es la excepción.

Hoy tengo ganas de decirle a la blogosfera que soy una cabra de mierda y una pesimista del carajo. ¿No entendiste? Yo te lo explico.

Soy cabra para decirle a mi mamá que quiero salir a tonear el sábado, para decirle a mi hermana que las cosas no son tan simples como ella las ve, para hacerle entender a mi sobrino que los trenes no hablan y que el Tren Tomás es un dibujo de algún chinito que gana plata por cada chibolo que sintoniza el programa y últimamente para decirle al sujeto que me interesa : Oye, te tengo ganas. Y soy pesimista porque siempre imagino lo peor o que me darán una respuesta negativa y con mi “Puta madre, la voy a cagar” la pienso 2 veces y al final me desanimo.

Si, así de cabra y pesimista soy. Prefiero vivir en la sombra del “¿Qué tal si…? en vez de tragarme la vergüenza/timidez y demás mierdas que me persiguen.

He tratado de cambiar (por Calamaro que sí) pero no puedo.

Después de pensar por qué no puedo ser franca con la gente y decirle lo que pienso en sus caras peladas sin arrepentirme, llegué a una sabia conclusión: Tengo miedo a la reacción (y posible rechazo) de las personas.
Sea buena o mala, el sólo hecho de pensar que pueda lastimarlas, asustarlas o desilusionarlas (si, porque yo soy pesimista, ¿recuerdas?) me altera, me pone hiperactiva y hace que mi cerebro repita la misma frase siempre “No, mejor no”

Por ejemplo, digamos que tengo la oportunidad de decirle al sujeto que me trae de cabeza que me interesa. ¿Qué hago yo?  Pienso en mil formas de decírselo, pienso también en las mil excusas que el sujeto en cuestión me dará, alucino las posibles caras de decepción que pondré y en las maneras en las que me evitará en el futuro. (Ese es mi modus operandi  para cualquier ocasión).

Luego de toda esa pensadera inútil, me desanimo con un “Bah, ya para que tanta cojudez?”, me hago la loca y sigo mi vida (o al menos eso pienso yo, porque mi cerebro sigue analizando la situación)

Algunos dicen que la cabredad se les quita con algunos bebestibles. Yo aún no sé. Nunca he estado tan ebria como para hablar “sin pelos en la lengua”. Habrá que hacer la prueba ¿no?.

pd: Estaba escribiendo “bien”hasta que las llamadas de mi BFF y del sujeto en cuestión más el zumbido de una amiga de colegio en MSN me desconcentraron =( .
Aunque da igual, casi nadie lee este blog J

Nos estamos leyendo. 

viernes, abril 08, 2011

Se viene...

(Este post NO tiene un orden cronológico, pero ¡bah! el orden de los factores no altera el producto ¿no?:D)

Se viene el examen de grado, al cual le tengo un terror alucinante. El hecho de estar parada en frente de personas respondiendo las preguntas me tiene angustiada.
¿Qué tal si no sé lo que me preguntan? ¿Y si contesto mal? ¿Y si me equivoco (como suele pasar) y contesto lo que no debo?
¡My lord!
Imagino los días previos a ese día y me muero un poco. Me alucino tomando agua de valeriana para los nervios, sin poder dormir y siendo un poco más autista de lo que soy.
Quiero que esa angustia termine, que tenga una respuesta favorable (obviamente) y darle ese “papelito” a mi mamá JA JA. Ellá es la más interesada con todo esto :D.

Se viene  (en unos días nada más) mi cumpleaños número 22. Dos malditos patos.
No sé por qué pero ese día me siento algo hostigada con tanta llamada de mis familiares (las cuales son nada originales porque siempre me preguntan lo mismo), algo confundida porque NUNCA sé qué cara poner cuando me cantan ni cuando me dicen “Feliz Cumpleaños” y algo rara porque cada año me hago más vieja JAA!
¿Que qué cosas he pedido de regalo? Nada, yo solita me he regalado cositas (si, súper foreveralone): Me compré unas converse nuevas, una que otra chuchería y ya. Chau plata, porque me quedé recontra misia (si, más misia de lo que ya estoy). Al menos, recordaré este cumpleaños porque es el único (hasta ahora) que me he regalado algo. Soy bastante fácil de complacer.
Si hago un análisis de mi vida so far, debo decir que no he aprendido un carajo, que sigo siendo la misma autista de hace 5 años atrás, que aún quiero que mi madre me mime (con Mimi, obvio), que aún espero encontrar ese algo que me falta (y que, ilusa yo, pensé que lo encontraría a los 20 nada más).

Y se vienen también las elecciones de mierda que han reducido mis ganas de embriagarme el día de mañana a NADA por la ley seca hdp. ¿Qué problema hay en que una persona quiere matar un poco las penas con alcohol un día antes de las elecciones? ¿Acaso voy a estar ebria hasta el domingo?
En fin, elijan bien a su candidato por favor, no quiero hacer cola en las embajadas para largarme de este país, recen por mí para que el de arriba me ilumine en mi examen y si me ven por la calle el día lunes deséenme feliz cumpleaños para que vean mi cara de confusión por no saber qué contestarles aparte del GRACIAS obligatorio.

Nos estamos leyendo.